MIEDO
Por el Dr. Carlos Baeza. (Abogado Constitucionalista)
Nota muy interesante que nos refiere la Dra.
Virginia E. Lapitzondo. -
Reproducción del Diario "La Nueva
Provincia", edición del 22 de Octubre de 2012 (Sección Otras Voces).-
En el capítulo XVII de El Príncipe, se pregunta Maquiavelo "si es
mejor que el príncipe sea más amado que temido, y yo pienso que de lo uno y de
lo otro necesita. Pero, como no es fácil hacer sentir en igual grado a los
mismos hombres estos dos efectos, habiendo de escoger entre uno y otro, yo me
inclinaría al último con preferencia"; y siendo que, "como los
hombres aman por libertad o por capricho, y por el contrario temen según el
gusto del que los gobierna, un príncipe prudente no debe contar sino con lo que
está a su disposición; pero sobre todo cuide, según ya tengo advertido, de
hacerse temer, sin llegar a ser aborrecible". Y en el capítulo III de la
misma obra advierte que "es necesario ganar la voluntad de los hombres o
deshacerse de ellos; porque, si se les causa una ofensa ligera, podrán luego
vengarla; pero arruinándolos, aniquilándolos, quedan imposibilitados de tomar
venganza. La seguridad del príncipe exige que la persona agraviada quede
reducida al extremo de no poder inspirar recelos en lo sucesivo".
La cita viene a cuento de expresiones de la titular del Ejecutivo
Nacional, quien dijo: "Sólo hay que temer a Dios y a mí un poquito".
Más allá de la inquietante comparación con Dios, resulta igualmente llamativa
la idea en torno a que hay que temer a Dios --el temor de Dios es otra cosa--,
siendo que Dios es amor. Pero, de cualquier forma, lo preocupante es que la
titular del Ejecutivo advierta que a ella igualmente hay que tenerle miedo.
¿Qué alcance hay que dar a semejante manifestación? ¿Miedo por qué? ¿Qué nos
puede pasar? ¿Será con el alcance que Maquiavelo le atribuye, particularmente
el señalado en el capítulo III de su obra, recién citado? Veamos algunos casos
que pueden echar luz sobre por qué hay que temerle a la presidenta.
1.- El miembro estrella del equipo económico, Axel Kicillof, dijo que
habría que abaratar la chapa que produce Techint --la empresa más importante
del país-- para "fundir al señor Paolo Rocca", pero que el gobierno
no lo haría, no obstante las críticas que el empresario habría vertido en torno
a la gestión del gobierno. Eso es precisamente meter miedo. Primero, resulta
altamente preocupante que en una República un funcionario, frente a críticas de
un empresario --justificadas o no, ese no es el tema--, amenace con tomar
medidas para llevarlo a la quiebra. Pero más grave es la otra amenaza en el
sentido de que, por esta vez, le perdonan la vida, como si la adopción de estas
medidas pudiera ser algo discrecional de un funcionario que un día dejará el
poder y seguirá viendo desde el llano cómo Techint continúa siendo la más
importante empresa y que da ocupación a miles de personas.
2.- El patotero serial Moreno --¿alguien le avisó que desde que se
inventó la pólvora se acabaron los guapos?-- sigue tratando de amedrentar por orden
superior a gente que se deja amedrentar. ¿O alguien en su sano juicio osa
pensar que el ferretero es el que decide llevar adelante sus aprietes? Ya hace
un tiempo irrumpió acompañado de secuaces en una reunión del directorio de
Papel Prensa, provisto de guantes de box y cascos y, cortando la energía,
disolvió el encuentro, lo que le valió una posterior prohibición de la Justicia
de intervenir nuevamente en ese ámbito. Pero luego pudimos verlo nuevamente,
revoleando una silla en una nueva reunión de directorio, la que igualmente
logró hacer fracasar. Eso da miedo, por la impunidad que rodea el accionar de
este personaje de folletín.
3.- Una ONG de consumidores que preside el reconocido dirigente
socialista Héctor Polino fue suspendida del registro respectivo, por haber
publicitado --tal como es su tarea-- los reales precios de la canasta familiar,
frente al cuentito de que es posible que en la Argentina una persona pueda
realizar sus cuatro comidas diarias por apenas ¡$6! Sólo agravaba el cuadro de
vergüenza ajena ver por los medios a la funcionaria responsable (?) de la
medida, una tal "Pimpi", tratando de explicar lo inexplicable. Ya
anteriormente habían recibido sanciones distintas consultoras que brindaban los
reales datos que el INDEC oculta, así como los respectivos organismos
provinciales encargados de esas mediciones, todos los cuales, poco a poco,
fueron silenciando sus voces. Más recientemente, el guapo de Moreno arremetió
contra la titular de otra ONG de consumidores, echándola de su despacho. Eso es
miedo, aunque resulta inconcebible, con el derecho de expresión que debe
existir en una sociedad democrática, que alguien pueda ser sancionado por
difundir datos reales que son fácilmente verificables por cualquiera que
concurra a un supermercado. No es el caso del gobernador Gioja, convencido de
que se puede comer por $ 6 diarios.
4.- También la presidenta embistió desde el atril de la cadena de la
felicidad y la alegría contra un empleado de una inmobiliaria que había tenido
el atrevimiento de comentar a la prensa la notable caída en el mercado desde
que se instrumentó el cepo cambiario. Ella misma, violando el secreto fiscal,
escrachó al empleado, contando que había pedido la intervención de la AFIP y
descubierto que el nombrado no tenía sus papeles en orden. Que el mercado
inmobiliario ha sufrido una caída estimada por el Colegio de Escribanos en un
45% es un hecho público y notorio, que puede verificarse en los clasificados de
los matutinos, principalmente los domingos. Esa actitud presidencial realmente
produce miedo.
5.- Cuando un grupo de adolescentes porteños decidió tomar dos colegios
--hechos que se repiten desde hace tiempo, y sin que nunca se conozcan las
eventuales sanciones que caben a quienes impiden el funcionamiento de las
instituciones--, se esgrimió como motivo fundante que lo era por ¡el excesivo
precio en que vendía los sándwiches el encargado del bar de esos colegios! Esos
mismos adolescentes, que quizá sean los encargados de elegir al futuro
presidente cuando alcancen los 16 años, llegaron a pretender exigir al
comerciante que les exhibiera sus libros para acreditar sus ganancias
desmedidas. Si esto de por sí da un poco de temor al ver la caída del nivel
educativo argentino, que ya no figura en ningún ranking internacional, lo que provocó
verdadero pánico fue escuchar al ministro Sileoni, quien apoyó la medida
sosteniendo que "es un triunfo de la democracia, de la educación. Lo
primero que me sale es celebrarlo"; agregando que se trata de "una
cocina de participación democrática" así como "un reaseguro para el
futuro", y aclarando que ese accionar no es ilegítimo.
6.- Finalmente, el ministro de Justicia inició una embestida contra
miembros del Consejo de la Magistratura y funcionarios judiciales que no se
prestan a las presiones para nominar como jueces a quienes no reúnen los
requisitos de idoneidad necesarios. Basta recordar el papelón del impresentable
Reposo, a quien el propio gobierno bajó de la grilla de postulantes a la
Procuración. Da miedo la impunidad con que el Ejecutivo pretende avasallar la
independencia del Poder Judicial mediante la intromisión prohibida por el
artículo 109 de la Constitución Nacional.
La conclusión es que, efectivamente, el gobierno quiere que le teman,
cuando persigue, critica o sanciona a quienes cometen el terrible delito de
decir que las cifras oficiales de la canasta familiar, de la pobreza, de la
indigencia o cualquier otra no son las truchadas que el INDEC pretende hacernos
creer y que, por ser tan evidentes, el propio organismo ha dicho que no son las
que se utilizan para medir esos parámetros. Entonces, si el propio gobierno
admite que las cifras no son reales, ¿por qué perseguir a quienes, con
fundamentos técnicos, revelan los verdaderos guarismos?
Recuerde, señora presidenta, la frase de Abraham Lincoln: "Se puede
engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no
se puede engañar a todos todo el tiempo".
Yo puedo tener temor de Dios --no a Dios--, pero nunca de usted.-
El Dr. Carlos R. Baeza es abogado constitucionalista.
Reproducción Nota del Diario "La Nueva Provincia", edición del
22 de Octubre de 2012 (Sección Otras Voces).-
No hay comentarios:
Publicar un comentario